La tierra del progresismo

Creo que cualquier persona que se siente a pensar por cinco minutos en lo que el "progresismo" ha logrado en estas latitudes a lo largo de los años quedaría asustada (por no decir al borde del colapso).

1) Cualquier menor de edad puede robar, matar y desafiar cualquier tipo de autoridad porque está amparado por los "derechos del niño". A todo esto, nuestros niños ya tienen vello púbico, son aptos para procrear y también para conducir automóviles. En realidad los menores de edad más privilegiados para mandarse cualquier cagada son los que provienen de zonas marginadas. Ellos tienen bandera verde para matar a cualquier boludo que se les cruce, violar cuanta mina se les cruce o afanarse lo que quieran porque nuestra ley (ciega, como debe serlo) los apaña bajo el lema "son niños y deben expresarse hasta que lleguen a la madurez en la que dejarán de de rebelarse".

2) Si se quiere cortar una ruta, avenida o calle no hay problema siempre y cuando se cuente con una de las siguientes "habilitaciones": la anuencia de un síndico y/o líder piquetero, un trapo rojo al viento, la cara cubierta o una pancarta de tono "humanitario" (ahí adentro cabe cualquier cosa), no hay ningún problema. Total desde el Gobierno se escucha la frase "no podemos castigar la pobreza". Claro, ¿cómo la van a castigar si la están levantando en pala gracias a ellos? Además no hay que olvidar que la pobreza es pura y exclusivamente producto del menemismo (antes no había pobres, salvo durante las distintas dictaduras, y después, gracias Néstor cada vez hay menos).

3) La luz y el gas son lujos asiáticos. ¿Acaso los Padres de nuestra Patria los necesitaron? Ahora, si la gente se está aburguesando que se desangre por calefacción, una ducha con agua caliente o refrigeración. La guita se necesita para la incontable cantidad de obras públicas que hacen sin descanso los gobiernos municipales, provinciales y el nacional (como el tren bala, el saneamiento del Riachuelo, las viviendas sociales y la ruta 40), no se puede seguir subsidiando a esas empresas que pretenden engrosas sus bolsillos a costas del Estado que nos ampara.

4) Tanto nos tiene en cuenta el Estado que hasta se fija que se cumplan las más exigentes normas de calidad y control de medicamentos. Si tenemos la suerte de tener un trabajito que nos da un sueldo que nos permite llegar con la lengua afuera a fin de mes, gracias a nuestros aportes al sindicato que nos corresponda contamos con una obra social que nos cubre los servicios de salud. En el caso que padezcamos algún mal vamos a tener donde caer (aunque sea caer muertos) y nos suministrarán medicamentos de dudosa procedencia. No suena muy bien esto pero no hay que preocuparse porque interviene la Justicia y listo... Si, listo, se arma un gran bolonqui en los medios de comunicación pero todo sigue igual.

5) Ya sabemos hace décadas que la prensa es denominada "el cuarto poder". Por eso tenemos una ley de medios que nos protege de esas entidades manipuladoras que lo único que pretenden (todas ellas, guarda que no zafa ninguna) es distorsionar la realidad del paraíso socialista en el que estamos viviendo. Tenemos que aceptar que como ciudadanos somos unos pobres giles que nos manejamos únicamente por los chimentos que publica esta gente despiadada.

6) Hemos aprendido que la gente que tiene un mejor nivel económico que el nuestro es porque ha estafado y robado a personas de buena fe. La única excepción es la de los políticos y de quienes ostentan cargos públicos. Es por eso que debemos despreciar a cuanta persona tenga suficiente dinero para hacer extravagancias como irse de vacaciones un mes al exterior, sea dueño de una empresa y se mueva en un auto importado (no importa su procedencia, basta que no sea industria argentina), sea uno de esos matagauchos que tiene campo (de 2 hectáreas para arriba). Ojito, si te ganaste el Loto también sos una mierda porque no donaste la totalidad de la guita para obras de bien, sos un asqueroso oligarca.

Para variar ya me hinché las pelotas de escribir sobre la mierda que nos rodea por lo que voy a cortar acá. Como dijo Don Carlos (el bonachón que blanqueó a sus empleados), "tudo bom, tudo legal".