miércoles, 9 de marzo de 2011

Pérdida de identidad

Nada que ver con el robo de identidades a través de DNI "mellizo" o fraudes similares. La pérdida de identidad a la que me quiero referir es a la de Argentina.

Hace un poco más de 20 años (hay un tango que lo dice, veinte años no es nada y mucho menos en la historia de un país, incluso uno "joven" como el nuestro) existía una identidad argentina bien definida. A nivel internacional se nos identificaba como el país del tango, del bife de chorizo, del polo, del trigo y católicos apostólicos romanos. Buenos Aires era la "París de Sudamérica". La educación pública obligatoria, gratuita y laica era la envidia del mundo. Había pobreza, como la hay en cualquier país del mundo, pero la miseria era casi inexistente. Los domingos se podía oler el asadito hasta en las "casillas", como le decían a las villas miseria por esa época. Tanto un gerente de Bunge y Born como un acarreador de bolsas de puerto sentían orgullo por su labor. El vigilante de la esquina era un personaje respetado y querido. En la clase obrera, que era la clase baja de aquellos años, todavía existía la esperanza de poder decir "m'hijo el dotor". Y así podríamos seguir con infinidad de ejemplos. La gran frase era "con una buena cosecha nos salvamos todos".

¿Qué pasó hoy con todo eso? Veintipico de años después pareciera que acá tiraron la bomba de Hiroshima y se pulverizó todo. A la miércoles con un siglo de usos y costumbres.

Todavía el tango es reconocido a nivel a internacional pero a nivel local casi se erradicó. El tango, que era la canción popular del Río de la Plata, fue suplantada por la cumbia. Pasamos de Astor Piazzola a Damas Gratis.

El bife de chorizo sigue siendo nuestro gran indicador a nivel internacional porque los únicos que pueden comerlo en un restaurante son los turistas que vienen de afuera.

Ni el polo ni el pato son difundidos como se lo merecen. Desde que se "importó" el polo a esta tierra tenemos los mejores equipos a nivel mundial. Contamos con muchos equipos internos de polo de 35 a 40 goles de handicap (puntajes que no alcanzan selecciones nacionales de otros países). Del pato mejor no hablar, la mayor parte de nuestra gente ni sabe que se trata del deporte nacional, así que menos que menos debemos pretender que sepan de sus orígenes.

El trigo es otro gran paradigma de nuestros días. Era la estrella de los cereales argentinos. Hace dos años la República Argentina no pudo cumplir con sus exportaciones comprometidas a Ucrania y Brasil. Hoy se habla de record de cosecha pero tenemos la exportación truncada aunque con toda la furia sólo se necesita el 25% de la producción para abastecer el mercado local. Ni hablemos de la soja que es la actual estrella de exportación. Gracias a las avivadas políticas de los últimos años nuestro principal comprador, que no es otro que China, se puso a buscar nuevos proveedores y resulta que Brasil nos puede pasar el trapo en pocos años.

En lo que respecta a religión no creo ser el más apropiado para opinar ya que mi único período de gran creyente abarcó 2 años como mucho. Igualmente creo que hubo una campaña sistemática de desprestigio hacia la Iglesia. ¿Hubo casos de estupro? Sí, los hubo pero no creo que hayan sido en mayor proporción a los que se dan fuera de ese ámbito. Hay tantos curas fuera de sus preceptos como pastores, imanes, rabinos y demás predicadores. El problema no está dado por la religión o creencia sino por la naturaleza humana. Por favor, que alguien haga una lista de las cosas que no están permitidas por cada religión y luego investigue a todos los representantes de las mismas.

La educación hoy es realmente una lágrima. El programa ideado por Domingo Faustino Sarmiento se tiró a los caños. Los alumnos pasan casi la mitad del año lectivo en sus casas porque los maestros están en huelga. Muchísimos de los alumnos van a la escuela para poder tener una comida que sus padres no se la pueden proveer en sus casas. El secundario no es obligatorio (en realidad eso no implica nada ya que el primario si lo es pero no hay nadie que levante a chicos que trabajan en las calles y los metan en colegios - menos que menos increpar a los padres). La universidad pública está politizada hasta el tuétano. Hay unos pocos estudiantes crónicos que se meten en las "federaciones universitarias" y creen tener más conocimientos que profesores y decanos que dedicaron sus vidas a estudiar y rendir exámenes para probarlo que se creen capaces de poner en tela de juicio a las autoridades y coartar el derecho de los estudiantes (derecho que tienen gracias a los impuestos que pagamos todos los argentinos) haciendo tomas de facultades. A ver muchachitos, ustedes están ahí para estudiar y aprender, no están para definir programas de estudio. Si quieren imponer un programa de estudio o definir autoridades educativas, funden su propia universidad privada.

Nadie que tenga treinta y largos puede negar que la miseria hoy es algo que se ve casi en cada semáforo. Hace 25 años la miseria estaba representada por un botellero y hoy por un cartonero. El botellero podía tener un caballo, alimentarlo y pagarle a uno por kilo de papel o de botellas de vidrio. Hoy ni siquiera da para eso. El cartonero cirujea en la basura (dicho en crudo, no paga ni diez guita nada) para ver que puede rescatar para revender y no le da para tener 2 hamsters que tiren del carrito (de hecho, si ve unos hamsters lo más probable es que los meta en la olla para alimentarse).

El olor de los asados en las obras es un recuerdo que tenemos las personas de cierta edad.

El orgullo por el trabajo también es histórico. ¿Para qué se va a deslomar alguien cuando puede argumentar tener varios hijos menores o que deja a su mujer embarazada - mientras ella sea fértil - al menos una vez por año? No se tiene que preocupar por la electricidad ya que no está mal visto que viva "colgado" (y si muere electrocutado en el intento la prestadora del servicio debe indemnizar a la familia). Entre planes y rebusques ilegales cualquier ñato puede subsistir.

Las fuerzas de seguridad no sólo están desprestigiadas sino que están siendo perseguidas. Los políticos en lugar de decir "gracias a las fuerzas de seguridad no estamos tan mal" dicen "por la corrupción e ineptitud de las fuerzas de seguridad es que estamos donde estamos". Dan un mensaje esquizofrénico. Por un lado quieren que esto no sea un desconche pero por el otro le echan la culpa a la cana. Señoritos políticos, desde 1983 que hay democracia, las cagadas existentes hoy día son por su ineficiencia y no por las fuerzas de seguridad.

Todo esto tuvo un porqué. Lo que vivimos hoy no es culpa de dictaduras ni de manos duras posteriores (hace 28 años que estamos en democracia). Esto es producto de haber pateado el tablero para el lado opuesto. Los argentinos parecemos inmunes al análisis y la moderación. Tenemos que ir siempre de un extremo a otro. Es por eso que en el cerebro del sorete medio votante no entra la idea de orden con libertad de expresión. No, el australopitecus promedio cree que tiene derecho a prender fuego cualquier cosa y despues quejarse porque lo que come tiene gusto a quemado. En este quilombo perdemos todos menos los atorrantes que tenemos por políticos (esos atorrantes siempre disfrazan el bolonqui para que parezca de la oposición y se vanaglorian de su postura republicana). Acá nos las queremos dar de superiores del globo pero estamos peor que países que vivieron dos guerras mundiales y donde se extinguieron los gatos ya que se los morfaban para subsistir.

No sé si la pérdida de identidad fue pensada o si se dio de casualidad. Lo que es seguro es que se perdió. La burrada media no cree en la pérdida de identidad porque en los mundiales de fútbol se corea "maradooo, maradooo", se habla de Ginobili en EEUU, de Tevez en el Reino Unido, de los pumas, las leonas o de cualquier otro zapallo que sea un crack aunque sea jugando a la bolita pero se diga que es argentino.

Somos muy básicos. Nos cagamos en Saavedra Lamas, Houssay, Leloir, Pérez Esquivel (éste para mí en particular fue sobrevalorado) y Milstein pero nos enardecemos con Maradona, Messi, Tevez y cualquier otro deportista que descolle a nivel internacional.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No te olvides de la gente "bien". Bien hija de puta, que se caga olímpicamente en el otro, que se llena la boca diciendo lo pulcro y limpio que esá Europa, y acá se la pasa ensuciando la ciudad, o te encierra con el auto y su sticker de la manzanita y el colegio privado, esa gente de doble apellido, que estudió en los mejores colegios y por eso se creen dueños de la Argentina, que no hacen un carajo por demostrar educación ni el más mínimo interés por el bien común. (Ni qué decir del sentido común). Pollereitor, transmitiendo en directo desde Núñez.

Francisco Sola dijo...

sublime post, no tngo nada que decir

Ron Damón dijo...

Pollereitor: en ningún momento dejé afuera a la gente "bian". De hecho creo que esos son los más hipócritas de todos. No por nada nuestros políticos, de cualquier bandera y color, salen de ese sector (a los crotos se los deja para sindicatos y alguna que otra poronga subsidiada, cosa que no rompan tanto las pelotas). Esa gente hoy sale de colegios privados o escuelas nacionales de primera línea (como el Nacional de Buenos Aires). Es gente formada y "pensante" que entra perfectamente en la frase que una vez dijo un tal Greele, "El sentido común es es menos común de los sentidos".

¿Cómo le va Don Francisco? Muchas gracias por las flores. Sinceramente yo no creo que sea sublime el post (me falta pluma para eso). El tema es muy amplio y da para profundizar mucho cada punto. Lo que quería mostrar, y creo que quedó claro, es que hasta hace relativamente poco tiempo teníamos un país, al igual que todos con virtudes y defectos, y hoy lo que tenemos es sólo un rejunte de individuos.

Gracias a ambos por su visita.

Saludos, Pato

Francisco Sola dijo...

Disfruto mucho leer tu blog y me devuelve la esperanza de que no estoy solo y que se puede hacer el cambio.
Obviamente que este tema puede alargarse horas y horas pero esta muy bueno y resume mucho de mis sentimientos hacia este problema.
Estamos en contacto, cuidate amigo!