Al mejor estilo de Santiago Nasar en la novela Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, Martín Lousteau estaba destinado a ser una efímera.
Cuando salió como cocorito a justificar las medidas económicas que perjudican al agro, toda la caterva de atorrantes que rodean al Ejecutivo lo felicitaron. Acá surge mi primer pregunta... ¿qué carajo estaban felicitando, el haber confeccionado las medidas o ser un simple pelotudo que hizo lo que se le pidió aunque no estuviese de acuerdo? De esta pregunta me surgen dos posibles respuestas:
1.- Lo felicitaron por soplapete. Por ser un simple boludo que pone la cara
2.- Lo felicitaron por su esquizofrenia, ya que hace menos de dos años escribió un libro donde dice que la Argentina no debería tener retenciones superiores al 5%
Sea cual fuere la respuesta, el idilio duró lo mismo que un pedo en un canasto. Fue una simbiosis corta ya que al final lo usaron igual que a un forro y después de usado lo tiraron.
Mas allá si fue usado o no, quedó igual que Juana de Arco... quemado hasta el ojete.
El cambio de Ministro de Economía de Martín Lousteau por Carlos Fernández (falta que metan un solo Fernández más y arman el equipo de fútbol 5 con Cristina, Alberto y Anibal, ahí quizás puedan hacer un poco más entretenidas las reuniones de gabinete... Fernández vs. El Resto) lo único que hace es reconfirmar la política actual - y de siempre - del Partido Justicialista, que tiene un axioma no escrito que reza "o se hace lo que quiere el jefe sin importar nada o te rajan de una patada en el ocote". Lo que también demuestra es que la nunca bien afamada "Ley de obediencia debida" es crimen condenable hasta con prisión perpetua para el ámbito castrense pero funciona a rajatabla en el ámbito de la política democrática.
Ya lo dijo María Elena Walsh en su canción infantil El Reino del Revés: "Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro juez, y que dos y dos son tres".
Como siempre, sigamos con "Argentina, un país que en serio es una joda". Lo único que espero (la esperanza es lo último que se pierde) es que cuando todos estos crápulas y ladrones terminen sus respectivos mandatos, aparezca una verdadera justicia que sea ciega y juzgue a todos con la misma vara.
MARX, ZURDOS, PROGRES Y OTRAS COSAS GRACIOSAS
Hace 16 años
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